La obligada decisión que han tenido que tomar la mayoría de las empresas estos días de migrar a un sistema de teletrabajo, ha puesto en evidencia las grandes carencias de las compañías en muchos aspectos relacionados con sus modelos organizativos y de gestión.
Dejando de lado todo lo que tiene que ver con infraestructura tecnológica, medidas de seguridad y políticas para los trabajadores, el principal elemento que limita y condiciona las posibilidades de implementar el trabajo a distancia es, a nuestro parecer, el modelo organizativo tradicional que aún mantienen. Estos modelos, basados en la jerarquía y verticalidad, cristalizan en organizaciones rígidas, lentas, pesadas…reticentes al cambio ágil y a la necesaria adaptabilidad que el entorno actual demanda.
Para poder flexibilizar los modelos organizacionales, es fundamental redefinir -si no definir, en muchos casos- los siguientes aspectos:
- Procesos y procedimientos de trabajo, orientados al trabajo por proyectos con objetivos claros y concretos.
- Distribución de responsabilidades y capacidad para la toma de decisiones autónoma.
- Sistemas de planificación y gestión.
Pero para poder flexibilizar la organización a través de modelos más ágiles, no son suficientes estas medidas.
Es importante también conseguir el fortalecimiento de una cultura organizacional orientada en este sentido, con planes de formación dirigidos a reforzar una serie de competencias necesarias, más allá de las competencias digitales:
- Autonomía
- Responsabilidad
- Trabajo colaborativo
- Intraemprendimiento
Es hora de aprovechar el momento propiciado por las circunstancias actuales para dar el paso hacia organizaciones ágiles, flexibles y competitivas, acordes a las necesidades de la sociedad digital.
Ana Cañas García
Consultora en Talento Digital en cohaerentis
Profesional de los Recursos Humanos