Recientemente, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) y el Supervisor Europeo de Protección de Datos (EDPS) han publicado un informe conjunto que examina los retos que el tratamiento de neurodatos plantea para los derechos y libertades de las personas. Este informe, presentado el 27 de junio de 2024, no solo describe el creciente uso de neurotecnologías, sino que también propone la creación de nuevos derechos humanos específicos, conocidos como neuroderechos, con el fin de proteger la integridad mental de los individuos.
No obstante, ¿qué se entiende por neurodatos? Se trata de información que se obtiene a partir de la actividad cerebral de las personas. Los datos en cuestión revelan patrones de actividad neuronal y también estados emocionales, decisiones subconscientes e incluso pensamientos íntimos. Esta tecnología permite la monitorización en tiempo real, además de la interpretación y predicción de comportamientos basados en datos cerebrales.
Continuando con el informe, este revela cómo los avances en neurotecnología han permitido la proliferación de dispositivos capaces de monitorear la actividad cerebral. Originalmente diseñadas para fines médicos y de investigación, estas tecnologías, en la actualidad, se utilizan en una variedad de contextos, desde el marketing hasta la educación y el entretenimiento.
Desde una perspectiva legal, es imperativo entender que los neurodatos no son solo datos personales ordinarios, sino que representan la actividad más íntima y privada del individuo, comparable en su sensibilidad a los datos genéticos o biométricos.
El uso de neurodatos puede impactar significativamente en los derechos fundamentales de las personas. Por ejemplo, la detección de mentiras o la prevención de delitos mediante el uso de neurodatos podrían comprometer el derecho a un juicio justo y la presunción de inocencia. El informe subraya que tales aplicaciones pueden ser ilegales bajo el Derecho de la Unión, poniendo en riesgo la privacidad, la dignidad humana y la integridad física y mental.
La Ley de IA de la Unión Europea, recientemente aprobada, ya prohíbe ciertos usos de la inteligencia artificial, como la manipulación o la explotación de vulnerabilidades y la creación de perfiles mediante datos biométricos sensibles. Aun así, el tratamiento de neurodatos sigue siendo un área de gran preocupación, especialmente debido a su carácter intrusivo y la posibilidad de recopilar información extremadamente sensible sobre la salud y el estado mental de los individuos.
El informe concluye instando a la creación de neuroderechos específicos para proteger la integridad mental y la dignidad humana. Tanto la AEPD como el EDPS instan a los responsables del tratamiento de neurodatos a considerar cuidadosamente el carácter intrusivo de estas tecnologías y a valorar si sus beneficios justifican el impacto potencial sobre la vida privada de las personas.