Trasladar la labor formativa del espacio físico al virtual, sea en el ámbito educativo que sea, nos exige no sólo una transformación en cuanto a las «herramientas» con las que llevarla a cabo, sino también un cambio de cultura docente.
Si bien la mayor parte de nuestros objetivos como formadores siguen siendo los mismos -la transmisión del conocimiento, el crecimiento personal, el enriquecimiento cultural- nuestra mentalidad, los procesos y las tecnologías a través de las cuales implementarlos han de cambiar.
Este cambio de procesos y tecnologías va a exigir a los formadores, reforzar e incluso, en algunos casos, adquirir, competencias digitales docentes, no sólo técnicas, sino también de tipo genérico y operativo.
Por un lado, y partiendo del marco de referencia de competencias digitales básicas, contamos con el marco de referencia de competencia digital docente, en sus cinco áreas de aplicación:
- Manejo de la información
- Comunicación
- Creación de contenidos
- Seguridad
- Resolución de problemas
Aparte, esas otras competencias digitales de las que hablábamos más arriba, y no técnicas, que son las que más nos van a ayudar a transformar el paradigma y la filosofía como docentes:
– Trabajo colaborativo
– Adaptabilidad y gestión del cambio
– Pensamiento ágil
– Planificación prospectiva
– Uso creativo de la tecnología
Evidentemente, este proceso de profunda transformación, exige de las entidades educativas y sus miembros un esfuerzo por adoptar todas las medidas necesarias para el cambio. Para ello es fundamental tener un mapa que nos dirija a la hora de tomar decisiones, cuidando de que exista una estrategia lógica en la que los distintos elementos objetivos – procesos – tecnologías – competencias sean coherentes entre sí.
Nuestra recomendación, desde cohaerentis, es que os toméis el tiempo necesario para diseñar la estrategia digital de vuestro centro y, de esta manera, aseguraros el éxito del cambio.