La inteligencia artificial (IA) está transformando rápidamente el mundo que nos rodea, y la educación no es la excepción. En particular, la IA generativa nos ofrece herramientas sorprendentes que pueden enriquecer nuestras clases y abrir nuevas puertas al aprendizaje. Sin embargo, es esencial que toda la comunidad educativa sea consciente de los riesgos que conlleva su uso. Los centros educativos, en especial, tienen la responsabilidad de guiar a trabajadores y estudiantes en su utilización ética y segura.
Uno de los aspectos más delicados al utilizar la IA es la protección de datos. En el día a día, todos los trabajadores de los colegios pueden sentirse tentados a emplear herramientas de IA generativa que prometen grandes ventajas en productividad y eficiencia. Desde directivos hasta docentes, pasando por personal auxiliar y administrativo, todos deben ser conscientes de los riesgos asociados. Al interactuar con aplicaciones de IA, podríamos, sin querer, compartir datos personales si incluimos nombres, detalles de contacto o información académica en nuestras consultas. Evitar esto es crucial para proteger la privacidad de todos y cumplir con las normativas legales vigentes.
Además, los centros educativos tienen un papel fundamental en educar a los alumnos sobre el buen uso de estas herramientas. No se trata solo de utilizar la IA de manera responsable como institución, sino también de formar a los estudiantes para que sean usuarios éticos y conscientes de la tecnología. Desde esta doble perspectiva, es imprescindible que los centros conozcan a fondo el uso seguro de estas herramientas.
Recomendaciones
Para afrontar este desafío, es fundamental que cada centro educativo realice un inventario de las aplicaciones de IA generativa que se están utilizando e incluirlas en el registro de activos de apoyo. Conocer qué herramientas se emplean nos permite evaluarlas adecuadamente y asegurarnos de que cumplen con los estándares de seguridad necesarios. Al integrar estas aplicaciones en el control de activos, facilitamos una supervisión continua y una actualización constante frente a posibles vulnerabilidades.
Entre las medidas preventivas recomendadas, destaca la formación del personal en competencias digitales que les ayuden a identificar cuándo es probable que se incluyan datos personales en las consultas a la IA. Más allá de la protección de datos, también es importante ser cuidadosos con los materiales que utilizamos, evitando compartir recursos protegidos por derechos de autor sin los permisos correspondientes.
La verificación del contenido obtenido de la IA es otro punto clave. Estas tecnologías, aunque avanzadas, no son infalibles. Pueden proporcionar información incorrecta, lo cual es peligroso si utilizamos dicha información para tomar decisiones o generar contenido que impacte a alumnos, familias o compañeros de trabajo.
Implementar sistemas de control y formación con los alumnos puede ser de gran ayuda. Establecer políticas claras sobre cómo y cuándo es apropiado utilizar la IA en trabajos y proyectos escolares fomenta un uso responsable. Asimismo, promover debates en clase sobre los beneficios y riesgos de la IA generativa empodera a los estudiantes para que tomen decisiones informadas y éticas en su interacción con la tecnología.
Para concluir
No controlar adecuadamente el uso de la IA puede tener consecuencias serias. La falta de supervisión puede llevar a la vulneración de la privacidad, ya sea por compartir datos personales sin consentimiento o por almacenar información delicada en plataformas no seguras.
En última instancia, la inteligencia artificial generativa es una herramienta cuyo impacto depende de cómo la utilicemos. Si la empleamos con cuidado, conciencia, ética y conocimiento básico de las leyes, puede convertirse en un aliado poderoso en la labor educativa. Si, por el contrario, ignoramos los riesgos y responsabilidades asociados, podríamos causar más perjuicios que beneficios.
Por ello, es fundamental mantenernos informados y actualizados sobre las mejores prácticas en el uso de la IA y las normativas de privacidad que nos afectan. Recordemos que la IA está aquí para quedarse, y su influencia en la educación seguirá creciendo. Si tenéis dudas o necesitáis orientación, no dudéis en compartir con el equipo de cohaerentis vuestras inquietudes.