Parece incongruente pero muchas veces, es el propio desconocimiento lo que nos hace confiar demasiado en la seguridad de internet, pues al no ser conscientes del alcance que puede llegar a tener una publicación o registro en un sitio,no podemos prever las repercusiones que llevan aparejadas.
Hoy intentaremos acercar más la idea de seguridad a través de la enumeración de diferentes conductas que suponen un riesgo en la privacidad digital y posibles medidas, sencillas para paliar dichos riesgos.
Empezando con los datos personales, habitualmente nos registramos en diferentes sitios web, por el interés que entrañan, es este interés el que actúa como inhibidor del riesgo, no nos planteamos qué pueden llegar a hacer con los datos que introducimos en los registros de inscripción de páginas web, pero la solución es sencilla, simplemente debe prestarse la debida atención a la política de privacidad de la página que estamos utilizando, porque nos servirá de gran aliado para prevenir posibles riesgos y conocer qué van a hacer con nuestros datos personales.
En las redes sociales somos los propios usuarios los responsables de asegurar nuestra seguridad, por ello debemos prestar especial atención a las publicaciones que realizamos, los datos personales que incluimos y la privacidad de nuestro perfil, en este sentido se debe ser cauto, pues es de los mejores escaparates que existen hoy en día para conocer la vida privada de una persona, sus datos, rutinas, familia etc. Lo que nos hace ser vulnerables, dentro e incluso fuera, del entorno digital. En el caso de los menores resulta aún más esencial al ser, cada vez más frecuente, las conductas de ciberacoso o sexting en entornos escolares, pues el anonimato que ofrece una red social colabora con este tipo de conductas, en definitiva, igual que se vigila el bienestar de los menores dentro de los centros educativos y otras actividades, el entorno digital también requiere de un control parental.
En cuanto al correo electrónico conviene indicar que es uno de los métodos más eficaces para cometer delitos por los ciberdelincuentes. De este modo los ciberdelincuentes solo necesitan un mensaje atractivo que mostrar y que consiga llamar la atención, para que el usuario lo abra y se descargue todo tipo de virus, gusanos, troyanos…
En el caso del phishing, muchas veces también se produce vía correo. El phishing consiste en la obtención de información personal, como por ejemplo la cuenta bancaria, para posteriormente utilizarla. Pero no lo hacen de manera indiscriminada, para conseguirlo se hacen pasar por tu operadora telefonica, en Hacienda o la propia policía. Por eso, revisar los correos que nos llegan y especialmente a la carpeta de spam, así como dudar de toda la información ahí almacenada, supone una gran medida de seguridad.
A parte de las ya indicadas, hay muchas medidas sencillas que se pueden adoptar y debemos incorporar en nuestra vida para hacer de internet un entorno más seguro. La AEPD, incorpora en su guía de privacidad y seguridad en internet 10 puntos o recomendaciones que deben implementarse, entre las que encontramos bloquear la pantalla con un patrón o código, realizar copias de seguridad, descargar sólo aplicaciones seguras que estén en las tiendas oficiales, crear contraseñas fuertes, eliminar las cookies, el historial de navegación o cerrar sesión no introducir información privada en los servicios de mensajería directa, acceder bajo http a la nube, cifrar los datos y aplicar una contraseña robusta, y tener cuidado con las wifi abiertas entre otras.