Durante los últimos días estamos escuchando hablar mucho acerca de la próxima creación de un pasaporte sanitario europeo cuyo objetivo es impulsar la economía de los países de la Unión Europea y en especial el turismo, sector muy afectado por la pandemia, como ocurre por desgracia en España. En el post de hoy vamos a analizar esta medida, sobretodo en lo que pueda afectar a nuestra privacidad.
¿Qué es el llamado “pasaporte Covid”?
Su nombre oficial es “Pase Verde Digital” (en inglés, “Digital Green Pass”). Este documento, aún en fase de desarrollo, fue anunciado a principios de este mes por la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y con él la Comisión pretende “facilitar las vidas de los europeos, permitiendo gradualmente moverse de forma segura dentro de la Unión Europea o fuera de ella, por motivos de trabajo o turismo”. El objetivo de este pasaporte sanitario es permitir probar que una persona ha sido vacunada, indicar si se ha hecho recientemente una prueba de detección de COVID-19 en el caso de que no esté vacunada o si ya ha pasado la enfermedad.
El uso de salvoconductos que informen sobre el estado de salud de los ciudadanos respecto al Covid-19 es una medida que se ha puesto sobre la mesa en todo el mundo desde el comienzo de la pandemia, como medio para favorecer la actividad económica, en especial el turismo, durante esta crisis en la que nos encontramos. Por ejemplo, China ya se ha convertido esta semana en el primer país en poner en funcionamiento este tipo de medida para poder viajar, e Israel ya ha implementado un sistema de códigos de salud QR entre sus ciudadanos para poder acceder a instalaciones como centros deportivos o culturales.
¿Qué implicaciones puede tener la implantación del Pasaporte Sanitario Europeo?
La implantación de esta medida puede ayudar a reactivar la economía y fomentar la movilidad de los ciudadanos pero por otra parte también suscita recelos respecto a las consecuencias legales que puede tener para los ciudadanos europeos. Algunos de los problemas legales que plantea el documento son los siguientes:
- Actualmente, vacunarse contra el COVID-19 en España no es obligatorio, y tampoco depende del ciudadano el momenot de su vacunación, si no de la política pública de vacunación que establece los grupos prioritarios y los tiempos, por lo que hasta que no haya un acceso universal a la vacuna, esta medida puede provocar desigualdades entre ciudadanos y discriminación.
- El pasaporte puede provocar una “falsa sensación de seguridad” entre los ciudadanos, ya que actualmente se sigue investigando sobre esta reciente enfermedad y su vacuna y no se tienen aún pruebas concluyentes de la eficacia de las vacunas a largo plazo o si los vacunados pueden seguir portando la enfermedad aunque no la desarrollen.
- La implantación de este salvoconducto puede entrar en conflicto con el principio de libertad de circulación que rige en la Unión Europea
¿Qué ocurre con nuestra privacidad?
Además de los conflictos legales que podría generar este documento, uno de los mayores riesgos que puede tener el Pasaporte Sanitario Europeo es que pueda comprometer la privacidad de los ciudadanos.
En primer lugar, este documento va a contener datos de salud, los cuales son considerados por la normativa europea de protección de datos como datos “especialmente protegidos” debido a su sensibilidad y a que pertenecen a la esfera más íntima de las personas. Por tanto las medidas de seguridad que se implanten para tratar estos datos deberán ser muy robustas para garantizar la confidencialidad, integridad y disponibilidad de estos datos.
En cuanto al soporte en el que se van a tratar los datos, en principio éste va a ser digital, para facilitar su uso. La Agencia Española de Protección de Datos publicó el pasado mayo un estudio en el que analiza distintas tecnologías para luchar contra el coronavirus y sus riesgos para la privacidad. En este informe, la AEPD alerta de un posible riesgo de discriminación, de difusión pública de datos de salud y de crear una falsa sensación de seguridad que facilite el contacto con personas realmente infectadas, mismos problemas que podrían surgir con el uso del Pasaporte Sanitario.
Igualmente, el Pase Verde Digital deberá tener en cuenta el principio de minimización de los datos, es decir que sólo se deberán recoger los datos estrictamente necesarios para cumplir con su función. También deberá garantizar que los datos se mantienen actualizados, ya que de esto depende en gran parte el éxito de esta medida.
Habrá que esperar a que la Comisión Europea presente el Pase Verde Digital, previsto para este mismo mes, para poder abordar de forma más específica las consecuencias legales para los ciudadanos europeos, especialmente las relacionadas con la privacidad, pero desde ya podemos decir que éste documento supondrá un nuevo reto para la protección de los datos personales en Europa y el complejo equilibrio que supone la protección de la salud y la protección de la privacidad de las personas.