Podríamos decir que, actualmente, es bastante sencillo llevar a cabo un proceso de selección a distancia. De hecho, para ponerlo en práctica, siempre desde el punto de vista del reclutador, sólo necesitamos tres ingredientes:
1. Tecnología
2. Un proceso bien definido
3. Competencias digitales
Tecnología
Es sin duda alguna el elemento más fácil de incluir en la fórmula. A día de hoy existen multitud de herramientas que nos ayudan a salvar la distancia física que exista entre candidato y reclutador.
Por orden de utilización en el proceso de selección, según va surgiendo la necesidad de su uso, podríamos hablar de:
– Redes sociales, para contactar con los potenciales candidatos
– Email, para una comunicación más directa y personalizada, a través de la cual solicitar datos relevantes sobre el perfil, profundizar en la información del puesto ofertado…
– Herramientas de vídeo-conferencia para llevar a cabo la entrevista
– E incluso software que reúne en una única plataforma todas las funcionalidades anteriores, permitiendo incluso la vídeo entrevista grabada y la evaluación de la comunicación no verbal y verbal del candidato.
Proceso bien definido
En este punto la cosa se va complicando un poco más. Si ya de por sí es importante dedicarle su tiempo a la definición del propio proceso de selección: qué pruebas vamos a realizar a los candidatos, qué información vamos a facilitar en la oferta y cómo vamos a contarla para que resulte motivadora y atractiva, cómo vamos a enfocar la entrevista… en un proceso a distancia, debemos esforzarnos aún más para compensar la distancia y la falta de inmediatez en la interacción entre candidato y reclutador. Pongamos un ejemplo muy sencillo. Si tras hacerle una pregunta al entrevistado, la respuesta que nos ofrece nos parece escueta o poco descriptiva, siempre podremos conseguir que amplíe la información, haciéndole preguntas dirigidas, pensadas en ese mismo momento. Esto mismo, en un proceso en el que estemos utilizando la vídeo entrevista grabada, no sería posible, por lo que es importante que las preguntas dirigidas, las que vamos a facilitar al candidato desde el inicio, estén bien diseñadas desde el principio, anticipándonos a las posibles carencias de las respuestas.
Competencias digitales
Las habilidades del candidato y del responsable del proceso van a determinar, no sólo las herramientas que puedan ser utilizadas en el proceso, sino también la cantidad y la calidad de la información que podamos ofrecer y conseguir en todas las fases. Si desconocemos las posibilidades que nos ofrece el medio con el que estemos trabajando, seguramente la interacción entre las partes será más pobre.
Conclusión
En definitiva, reclutamiento a distancia sí, porque multiplica exponencialmente las posibilidades de las dos partes implicadas en un proceso de selección, pero siempre con una estrategia definida, con herramientas adecuadas a las funcionalidades que busquemos, y asegurándonos, al menos en la parte que nos toca, de que tenemos las competencias digitales suficientes para movernos en este medio y obtener el máximo del proceso.

Ana Cañas García
Consultora en Talento Digital en cohaerentis
Profesional de los Recursos Humanos